"Krito se interrumpe. Glauka le mira, esperando. Pregunta:
-¿Safo?
Krito no niega:
-Un fragmento desconocido que llegó a mis manos en... Es largo de contar. Te lo daré: entiérralo conmigo, cuando llegue mi hora.
De golpe lágrimas en los ojos de Glauka:
-¿Oh, Krito, me haces daño! No me hables de tu muerte.
-¿Tanto te angustiaría?
A Glauka les tiemblan las manos.
-No me hagas contestarte-suplica.
Al hombre se le desmoronan las defensas. Tiembla y su voz suena decidida, para no darse tiempo a arrepentirse de hablar:
-Perdóname, hermana: no hay tal Safo. Esos versos no son dignos de ella; son míos... Escritos estos días, sin poder reprimirme. No era para decírtelo, pero tú mereces la verdad.
-¿Escritos para tu amante?
No lo pregunta la mera curiosidad. Es un súbito grito de amargura que clava en el corazón del hombre una saeta de imposible esperanza.
-No...-vacila, pero ya no puede negarse ni negarla-. Escritos para mi amada.
La voz se desgarra en melancolía al continuar.
-No te digo su nombre porque me avergüenzo. ¿Qué mujer me escucharía?...Ya te lo confesé: sólo soy soy un amante lesbiano; lo único que puedo ofrecer... ¿Comprendes mi silencio, y que me ocultara por un momento tras la careta de Safo? -la voz se apresura, patética, desgarrada-.¡Imposible hablarle yo como amante a una mujer!
Se atreve a mirarla y palidece porque en el rostro de Glauka domina un desconcertado asombro. Se levanta para huir:
-Es demasiado escandaloso, ya lo veo. Perdóname.
-Espera Krito. Ven.
Le llama en voz baja, pero él la hubiese oído aunque sólo lo hubiera pensado. Vuelve a sentarse , trémulo, confuso."
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